January 31, 2010

Real Beauty.


Todos sabemos que es un tema tratado hasta la saciedad, pero aún así quiero volver a darle cierta importancia a esto.
El prototipo de belleza cambia según las modas, y según las modas cambian las mujeres. Una vez se quiere una mujer real con curvas y grasa en los sitios adecuados, al cabo de unos años se exige una mujer delgada sin ningún gramo de grasa, a una verdadera size 0. Y así seguimos cambiando a los gustos de la sociedad.
La sociedad exige perfección por parte de las mujeres. Exige que seamos guapas, inteligentes y con un cuerpo envidiable. Nos meten la palabra perfección en la cabeza y nos hacen creer que si no llegas a esa establecida perfección, no vales la pena. ¿Pero no se dan cuenta de que nadie es perfecto? Cada mujer es como es, sea alta, baja, gorda, delgada, rubia o morena. Sea como sea físicamente, es una mujer, una mujer con sus cualidades y sus defectos, pero es una mujer real.
Nos comen la cabeza de tal manera que realmente creemos que esas modelos son así de perfectas. Muchas veces olvidamos que esa fotografía ha llevado horas y horas de retoques con Photoshop para quitar ese gramo de más, poner más pecho o quitar esas pequeñas imperfecciones, dejando nada más que una bonita imagen perfecta.
Según algunos estudios realizados, se ha demostrado que el mirar una revista de moda durante 5 minutos, produce depresión, vergüenza e inseguridad a más del 70% de las mujeres.
Miles de mujeres se miran al espejo de cuerpo entero, y a pesar de tener delante una bella imagen, sólo creen ver aquello de lo que huyen, una mujer “imperfecta”. No son capaces de ver lo que tienen delante, lo que son realmente. Son únicas, preciosas y perfectas a su manera. Nos exigimos agradar a todo el mundo, pero muchas veces olvidamos que eso no es posible. No es posible gustarle a todo el mundo y tampoco deberíamos querer eso. Deberíamos poder conformarnos con ser perfectas para las personas que nos importan de verdad. Ser preciosa no es solo cuestión de físico, debemos tener un interior bonito, porque cuando perdemos eso, lo perdemos todo. Y sin embargo, cabezotas que somos, seguimos aspirando a ese ideal haciéndonos daño a nosotras mismas. Hacemos lo imposible por conseguirlo. Dejamos de comer, mentimos, nos auto convencemos de que somos enormes y desagradables a la vista, nos decimos que no gustaremos a nadie si seguimos así. Y lo más triste es que nos lo creemos. Nos lo creemos de tal manera que no somos capaces de ver las cosas buenas, ni aunque nos lo recuerden día a día. Queremos creer nuestra verdad, lo que finalmente resulta ser una de las mentiras más grandes. Estamos tan convencidas de lo nuestro, que se nos olvida que hacemos daño a las personas que nos quieren. Olvidamos que ellos te quieren tal y como eres, lo olvidamos, o simplemente no queremos creerlo.
Y ahora mi pregunta es ¿Por qué? ¿Por qué razón nos sentimos así?  Sabemos que no es real y aún así aspiramos a ese prototipo establecido. El problema es ese, que cada cierto periodo de tiempo cambia el prototipo, cambia el tipo de cuerpo a desear y las mujeres cambiamos nuestro cuerpo según esa moda. Y es así como se van desarrollando los trastornos alimenticios. Y es así como se va creando una sociedad que no está satisfecha con su cuerpo. Y es así como el mundo está lleno de mujeres inseguras con miedo a mostrar su cuerpo. Y es así como se va desarrollando el sector de la cirugía estética y poco a poco empieza a estar al alcance de todos los bolsillos. Ridículo. La palabra que elijo para describir esto es: ridículo.


Me he tomado la libertad de seleccionar los prototipos de belleza más destacados del último siglo. Aquí podemos observar el ejemplo al que me refería. Todas mujeres preciosas, cada una deseada por su cuerpo. Y al mismo tiempo muy distintas las unas de las otras por vivir en distintas épocas.

1900. Mujer con una figura de reloj de arena. Las mujeres para obtener esta cintura de “avispa” se ponían unos corsés sumamente ajustados y a veces incluso dolorosos que impedían respirar con normalidad. 




1922. Louise Brooks. En esta época predominaban el prototipo de pechos pequeños y una mujer masculina e independiente. Durante esta década surgieron las primeras operaciones de reducción de pecho




1930. Betty Boop. Ni siquiera 10 años después se fomentan los pechos grandes con una cintura mínima.
 




1942. Betty Grable. Las piernas femeninas en lugar de las piernas sumamente delgadas comenzaron a tener su auge.






1959. Marilyn Monroe. Tras la aparición de Marilyn en la portada de Playboy en 1953, se fomentaron las curvas en la mujer.




 
1967. Twiggy (Leslie Hornby). Tras la emisión de primer programa para adelgazar en la televisión (Weight Watchers) en 1963, muchas mujeres se pusieron a dieta. Además, la moda exigía a unas modelos cada vez más delgadas.





1976. Wonder Woman. El carácter de mujer independiente y el cuerpo entrenado de la actriz Lynda Carter se convirtieron en el ideal de la nueva mujer.




1985. Madonna. Madonna comenzó a ser un éxito en el mundo de la música y poco después miles de jóvenes del mundo comenzaron a copiar sus pasos de baile y a llevar camisetas demasiado cortas, enseñando sus redondas barriguitas.





1997. Kate Moss. Kalvin Klein comenzó una nueva moda con su modelo Kate Moss. A partir de este momento, modelos extremadamente delgadas con trastornos alimenticios comenzaron a pasearse por las pasarelas.






2003. Pamela Anderson. Se volvieron a incorporan las curvas y los pechos grandes al prototipo de mujer ideal.




2007. Nicole Richie. Con Nicole Richie como icono de moda, se vuelve a aspirar a los cuerpos sin grasa y a las size 0.

2008. Patricia Conde y Pilar Rubio. Con el éxito de “Sé lo que hicisteis”, las mujeres reales comenzaron a ser vistas de nuevo como el ideal.
 
2009. Doutzen Kroes. En las pasarelas se comienzan a ver cada vez más y más a mujeres con curvas y ya prácticamente no desfilan modelos con un BMI menor al de 18’5.




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Como podemos observar, el cuerpo de la mujer ha sufrido grandes cambios a lo largo del tiempo. Por suerte, cada vez somos más conscientes de que la perfección no existe y que la mujer es preciosa en sí, sea cual sea la talla que gaste.
Se han eliminado los anuncios que mostraban una imagen errónea de la realidad y se fomentan propagandas como la de Dove mostrando que la mujer actual es digna de ser vista y admirada por ser como es. Porque al fin y al cabo, ¿no es mucho más perfecta esta imagen de mujer que las anteriores? La perfección no existe, pero cada persona es especial a su manera. Cada persona tiene su encanto personal, ese pequeño rasgo que le hace distinto a los demás. Y eso que nos hace distintos, nos hace perfectos. Porque pensándolo bien, ¿no sería sumamente aburrido ver a miles de personas iguales?

1 comment:

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